El Chiclana ganó y encima perdonando una goleada casi cantada, el partido comenzó aburrido y practicamente hasta el final del primer tiempo, el conjunto albirrojo tocaba y tocaba el balón pero faltaba chispa en el ataque, eso junto a la cantidad de jugadas a balón parado que hacía decaer aún más el encuentro. Pese a todo, en la primera parte hubo ocasiones sobradas para irse a vestuarios con el marcador a favor y después de haberse sacado ocho saques de esquina.
En el 30' Angelito pidió el cambio por un pinchazo que había sufrido en la parte de la híngle, Emilio Velázquez fue el compañero que le sustituyó.
La segunda mitad se fue Joaquin y entró Manzano, este periodo fue otra historia quitando una leve jugada de ataque al principio de los amarillos, a partir de ahí dominio claro del Chiclana con un juego mucho más dinámico, alegre y sobre todo vertical, de esa manera se tenía más enchufada a la grada que necesitaba salir definitivamente del sueño del mañaneo del domingo. En esta jornada Lozano no tuvo la suerte de marcar pese a la cantidad de ocasiónes que dispuso nuevamente para hacerlo, cosechó algún que otro fuera de juego y la jugada más clara fue en el once de la segunda parte en un mano a mano frente al portero y libre de marca, pero el disparo fue directo al meta ante una distancia de 1 metro aproximado, luego llegaron los cambios y el arriete fue sustituido por Diego Vega, Carlitos por su parte se adelantó un pelin más y Victor Vía entró por Flores tras hacer una positiva primera parte, desde entonces un Chiclana más atacante aún fue definitivamente a por el partido y el olfato goleador estuvo a cargo de Carlitos que después de haber marcado en el 48' de cabeza, lo volvió hacer en el 72' pero esta vez marcando un golazo espectacular desde el interior de 3/4 de cancha cercano a la banda izquierda, clavando un escuadrazo por donde el meta Chicon no vio ni por donde entró "un autentico golazo", y eso que Carlitos una vez en la primera parte y otra vez en la segunda fue capaz de empalmar dos de bolea al estilo Zinedine Zidane, que acabarían estrellándose en la zaga amarilla.